domingo, 6 de mayo de 2012

¿Qué vemos cuando vemos?




¿Qué vemos cuando vemos? Sabemos que sólo podemos ver a una pequeña parte de los caminos que toma la luz para viajar por el espacio: el espectro electromagnético. Y creemos, esa es la realidad. Por otra parte, vemos a través de nuestro propio bagage interno. Ahora, si proyectamos esas pequeñas certezas hacia el análisis de cómo se vinculan discurso y destinatario, se abre otro abanico de preguntas. Presumimos que en estas clases de Valerio Fuenzalida construiremos algunas provisorias respuestas. Porque aprender y hacer (en este caso una solución medial) ampliando nuestro espectro cognitivo es, sin duda, nuestro mejor viaje.

Este es el problema: el cuestionamiento a la calidad del producto

El Estado chileno entrega alimentación diariamente a cerca de dos millones de estudiantes en cerca de 10 mil escuelas públicas y particcular subvencionadas. Debido a la escasa cantidad de fiscalizadores, la supervisión tradicional ha dado muestras de  falencias. Robo y venta de raciones, rompimientos de la cadena de frío, falta de aceptabilidad de las minutas, algunos incumplimientos de las bases de licitación. En resumen, existe un cuestionamiento a la calidad de la alimentación que reciben los niños y jóvenes más vulnerables de Chile. Y eso queda periódicamente reflejado en los medios de comunicación.

Propuesta de solución



Al parecer, ante una empresa de esta envergadura hay que echar mano a otros mecanismos de supervisión que tienen que ver con el denominado control social. No es posible el control efectivo con la escasa dotación de supervisores del propio estado, ni los que aportan las propias empresas, ni los mecanismos de denuncia a través de los medios masivos. Se requiere de un control que se de en el mismo lugar donde se produce el acto de comer, en los comedores y en las cocinas de los establecimientos educacionales. Y sus protagonistas deben ser los propios estudiantes/consumidores/usuarios, sus padres y profesores, y las redes de apoyo del PAE, profesores encargados, manipuladoras.

La perspectiva comunicacional


Para activar el potencial de seguridad que representa este grupo, se requiere hacerles saber a ellos que tienen esta posibilidad. Y que aprendan cómo aportar en la seguridad alimentaria de la cual serán ellos mismos beneficiados. Es decir, se requiere una estrategia comunicacional que apoye, potencie y haga cuajar este control social.

Las audiencias


Cualquier estrategia comunicacional no debe olvidar la audiencia a la que va dirigida. En un primer momento, identificamos las siguientes audiencias.


Audiencia primaria: Estudiantes de educaciñon básica y media que comen en las escuelas el servicio del Programa de Alimentaciòn (PAE) de JUNAEB, profesores encargados, manipuladoras.
Audiencias secundarias: comunidad escolar (todo aquel que pase por cocina o comedores) distribuidores de alimentos, fiscalizadores.


Otras audiencias: JUNAEB, MINEDUC, MINSAL, empresas proveedoras del PAE, INTA, FAO.

El grave olvido de la audiencia

En mi hora de colación me fui a la peluquería de laseñora Silvia. Ella hace el presupuesto, responde el teléfono y peina, ondula, hace brushing, tiñe y escarmena. Aproveché el tiempo para preparar una presentación sobre audiencias y su vínculo con la TV. En la tele la Primera Dama presentaba una campaña para incentivar la lectura entre los prescolares.



Cecilia Morel dijo que se ha comprobado que la lectura esun “apresto” fundamental para el aprendizaje futuro. Que sirvea los niños para resolver problemas. Que les ayuda a reconocer relaciones. Que aprenden a escuchar. Que los niñospueden identificarse con los personajes. Que es parte del aprendizaje emocional. Que, en definitiva,leer acorta las brechas de desigualdad. Después llamó a los papás, mamás, tías, abuelitas, "personas que vivan con un niño" a que les lean.
Perfecto. Su asesora de prensa, pensé yo, proyectándome, debe estar feliz.
Pero justo ahí, el peor reto. Le van a preguntar desde estudios centrales.
Uno siempre mira con cierta envidia, dicen los estudios centrales, países como Argentina, como Uruguay, países donde los libros son bastante más baratos...

Ante una pregunta que te saca de lo pactado: hay que reiterar las ideas fuerza. Si no quieres que un hecho positivo (estamos facilitando la lectura entre los prescolares) termine siendo un reclamo más sobre el impuesto a los libros: hay que reiterar las ideas fuerza. De otra forma, quedará otro mensaje (en Chile los libros son caros, los chilenos no leen porque los libros son caros, el gobierno no le baja los impuestos a los libros porque no le interesan los pobres, etc). Hay que reiterar las ideas fuerza. Y eso hizo la Primera Dama.
“Nosotros estamos apelando a que los papás sepan, que se informen de los beneficios de la lectura..., el MINEDUC, el Consejo de la Cultura, la DIBAN están actuando para hacer accesible la lectura a los niños”, respodió. Y por eso ella está en la Biblioteca de Santiago con los niños del jardín Agua Luna de Estación Central. “Los niños vienen a leer aquí. Hay Bibliomóvil, dice la entrevistada, se está haciendo “Biblioteca en su aula”, se van a repartir cuatro millones de libros en todos los colegios subvencionados”.
Hasta zafó de lo más difícil, reflexioné. Dos veces bien, me dije optimista.
“¡Uy!, dijo, la señora Silvia, mientras cortaba el agua y me empezaba a secar el pelo, esta señora habló de todo menos contestar lo que le preguntaron.” Yo que ya me había olvidado de ella, me quedé verdaderamente muda. Y agregó, “Si en Chile los libros son tan caros".