Somos
culpables de muchos errores y muchas faltas, pero nuestro peor crimen es abandonar a los niños y las niñas,
descuidando los cimientos de la vida. Muchas
de las cosas que necesitamos pueden esperar. Los niños y las niñas no. Ahora
mismo es el momento que sus huesos están siendo formados, su sangre está siendo
fabricada, y sus sentidos se están desarrollando. A ellos no les podemos
contestar “mañana”. El nombre de ellos es “ahora”. Gabriela
Mistral 1948
viernes, 6 de julio de 2012
miércoles, 4 de julio de 2012
RESUMEN DEL PROYECTO
El PAE
chileno ha sido crudamente expuesto en los medios últimamente: falta de higiene
en las cocinas y comedores, robo y venta de raciones, rompimiento de la cadena
de frío, poca aceptabilidad de las minutas, incumplimiento de las Bases de
licitación, carencia de Resoluciones Sanitarias en los colegios (sobre 70%) y
episodios de trastornos alimenticios en los escolares (aunque estos han sido
muy aislados).
Para la
denuncia y reclamos JUNAEB tiene diversas modalidades: Call Center, redes
sociales; incluso, se proyecta un par de canales más. Pero, tengo la impresión
que ya no basta con denunciar, para mejorar el programa. Tampoco con aumentar
el control: tenemos menos de 100 fiscalizadores (este año se redoblarán) pero
ese tipo de control no basta cuando entregas de 2 millones de raciones diarias.
Por eso,
intuyo, hay que invertir la figura, apelando al control social. Empoderar al
usuario y a su familia. Que el sujeto al que va dirigido este producto --con la
ayuda de sus padres y profesores-- construya/contribuya a su propia
seguridad alimentaria.
Y de ahí
la importancia del componente educativo como parte efectiva de la solución. Y
no sólo para mitigar o reducir los riegos que conlleva todo proceso masivo de
alimentación, sino para enfrentar el problema de salud pública más importante
del país: la malnutrición (obesidad). Una paradoja si se piense que en 1964 el
PAE nació para mantener a los niños en la escuela evitando la desnutrición.
LA CHILENA QUE SE PROPUSO CAMBIAR LA FORMA DE COMER EN LSA ESCUELAS DE USA
La nutricionista chilena, Sofía Bustos, expuso en una
clase magistral en la UCINF sobre su exitoso proyecto “Come saludable, vive
saludable” instalado en varias escuelas norteamericanas, el que le valió ser
reconocida por la Primera Dama de EE.UU., Michelle Obama. En Chile, la Primera
Dama, Cecilia Morel, la nombró embajadora del programa “Elige vivir
sano”.
De paso en el país, Sofía narró la experiencia que la
llevó a cambiar el modo de alimentarse de los niños en varias escuelas de
Washington, a pesar de vivir inmersos en una cultura fuertemente influenciada
por la comida chatarra. Un país, nos recuerda, donde un trozo de pizza es
considerado vegetal, en la dieta escolar, porque lleva tomate.
Pero, ¿cómo lo hizo?
Primero, llamó a colaborar en el proyecto a los
profesores del centro. Al principio, participaron incrédulos de que a los niños
pudieran terminar comiendo con gusto las lentejas o incorporando fruta en el
desayuno, como efectivamente ocurrió. También se incluyó a los padres de los
niños. A los que se debió convencer que, comer sano no era más caro y que no se
pretendía tampoco que sus hijos se convirtieran en veganos (vegetarianos).
Invitó a los padres, junto a los niños, a reunirse
después de clases; pero no en torno a una charla sobre comida, sino en una clase
de cocina que culminaba con la preparación de un plato que posteriormente todos
degustaban.
En el reducido jardín del colegio, los estudiantes
plantaron sus propias verduras. Se podía ver, a los niños de
kínder, parados al lado del salad bar, ofreciendo cilantro cultivado por ellos a
sus compañeros para la ensalada. Antes, muchos de ellos pensaban que el choclo
era una cosa que salía de un tarro.
En esta misma lógica, se acercó a los productores
locales. A tal punto fue exitosa esta modalidad que, posteriormente, el estado
decidió incorporar incentivos para aquellos colegios que compraban
productos del área.
Consecuencia de este proceso de cambio, se desarrolló
un currículo educativo que fue aprobado --y quizá este es el mayor logro de esta
chilena de poco más de 30 años-- por el ministerio de Educación de Estados
Unidos, extendiéndose a otros colegios.
A pesar de los malos hábitos de alimentación de la
población en Chile, esta nutricionista con estudios previos de bioquímica, tiene
una visión optimista. Ella cree que aquí nos será más fácil revertir la
situación porque está menos arraigada la comida chatarra. Aunque es muy
consiente que no hay cambio sin educación. Un slogan que fue el telón de
fondo de esta clase magistral organizada por la UCINF y donde participó Sodexo
en actividades del Programa Vivir Bien, asociadas a la Beca de Alimentación para
la Educación Superior (BAES).
Verónica Ruz
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