miércoles, 6 de junio de 2012

La cuestión teórica de la multiplicación de los panes.

 Ni siquiera se si se puede cambiar una conducta. Ni cómo. En la introducción a la obra La Comunicación Humana de Watzlawick et. Alt. Carlos Sluzki, señala que: “El proceso de aprendizaje en que se ve envuelto el ser humano desde su nacimiento transcurre en un medio que transmite información y modos de calibrar dicha información, que enseña lenguajes y reglas acerca de dichos lenguajes, que va organizando la conducta del sujeto mediante pautas regladas de interacción muy complejas, muy precisas, y totalmente fuera del nivel de percatación –salvo, quizá, cuando dichas reglas son violadas… La complejidad de los procesos interacciónales es enorme, y su riqueza informativa, pasmosa.”

Por tanto, el objetivo no es modificar una conducta… Si no transmitir información útil a unos sujetos para eventualmente se pueda convertir en el siguiente aprendizaje: tener una posición más activa frente a una actividad cotidiana: almorzar y tomar desayuno en la escuela.

Lo cierto es que teniendo cierta información es muy probable que estos sujetos (especialmente niños) podrían llegar a tener un comportamiento más activo frente a un fenómeno que es gravemente perjudicial para ellos.

Se trata que ellos contribuyan a evitar, aminorar, disminuir los riesgos de que la alimentación que consumen en la escuela les haga daño.

Que contribuyan a aumentar la seguridad alimentario en su entorno cotidiano en los comedores de la escuela.

Ejemplo, la niña que protestaba por el programa de alimentación de su colegio en Europa, a través de un blog, sin duda motivó a mejorarla.

Conocer el Programa de Alimentación: sus beneficios, cantidades, qué comen, què deben aceptar y qué no.

Conocer sobre la alimentación sana.

Características del espacio
Son normalmente espacios reducidos. Los niños comen por turnos, por tanto, no es mucho el tiempo que pasan en el comedor. En algunos lugares, entran al comedor con el cepillo de dientes, por obligación. Para que posteriormente se laven los dientes.

Antes de entrar, existe un lugar donde se pueden lavar las manos. También es obligación que a la entrada de los comedores estén a su disposición grifos o piletas donde ellos puedan beber agua.

Cuando se retiran del comedor, después de mostrar al profesor que se han comido toda la comida, dejan su plato en un cubo con agua y detergente.

El grado de aceptabilidad de las comidas, según los registros de JUNAEB son importantes, pero esto es muy relativo, hay platos que son especialmente rechazados por los estudiantes: las verduras, sobre todo si tienen poca sal, las legumbres.

La comunicación es un proceso de interacción

La comunicación afecta a la conducta, dice, más precisamente Watzlawick, el aspecto pragmático, que añade al de la sintáctica y de la semántica, del signo y del significado.

Y aquí vuelve la conducta, pero unida a la comunicación. P 24:

“…La pragmática, esto es, los efectos de la comunicación sobre la conducta. En tal sentido… estos dos términos, comunicación y conducta, se usan virtualmente como sinónimos, porque los datos de la pragmática no son sólo las palabras, (en función de sus configuraciones y significados) que están al servicio de la sintáctica y de la semántica, sino sus concomitantes no verbales y el lenguaje corporal. Más aún, agregaríamos  a las conductas personales los componentes comunicacionales inherentes  al contexto en que la comunicación  tiene lugar. Así, desde esta perspectiva de la pragmática, toda conducta, y no sólo el habla, es comunicación, y toda comunicación, incluso los indicios comunicaciones de contextos impersonales, afecta a la conducta.

Por tanto, al introducirnos en este contexto comunicativo: los comedores del PAE en las escuelas, elementos mudos como la existencia o no de piletas para beber agua, son elementos relevantes, también desde la perspectiva comunicacional y conductual.

Hace poco un periodista realizó un reportaje sobre el PAE. Con cierto horrror se dio cuenta que los niños se limpiaban con la manga. Los niños no se les pone servilletas en las mesas. Y sacó la cuenta: eran unos pocos pesos por escuela, 300 pesos, creo. Si bien, ella no sacó la cuenta cuanto costaría eso en cerca de 9 mil escuelas; y no cada día, sino todos los días lectivos del año, y dos veces al día; y también en el PAE de verano, su observación podría abrir una puerta. Podría ayudar a medir cuánto se ha aggiornado esta política pública. Y, también medir el espíritu de las políticas públicas sobre la educación y la alimentación.

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